Omar Arellano fue seleccionado nacional con Javier Aguirre y José Manuel ‘Chepo’ de la Torre en el banquillo tricolor, de 2007 a 2011.

Omar Arellano ha sido uno de los jugadores más habilidosos en la historia de Chivas, además de uno de los últimos referentes de la institución dentro de la cancha. Aunque es recordado con afecto por la afición rojiblanca, su etapa en Guadalajara, y el resto de su carrera, estuvieron marcados por las constantes lesiones que sufrió.
A la Perla tapatía llegó en 2007, procedente de Pachuca, con la encomienda de ganarse un lugar en el Rebaño. Además, fue considerado heredero de leyendas, pues su padre, Omar ‘Pina’ Arellano, fue campeón con Chivas en la temporada 1986-87, y su abuelo, Raúl Arellano, es una de las máximas leyendas del Campeonísimo y mundialista con la Selección mexicana en la Copa del Mundo de Suiza 1954.

El menor de la dinastía Arellano demostró grandes cualidades y capacidades para convertirse en leyenda del Guadalajara. El extremo mexicano vivió episodios importantes en su etapa como rojiblanco, como la vez que comandó la eliminación de River Plate en la Copa Sudamericana 2008 o sus actuaciones en los Clásicos Nacionales frente a América.
Sin embargo, las lesiones impidieron que tomara un rol más protagónico en el equipo. Entre 2008 y 2009 sufrió distintos problemas de rodilla y musculares, así como una fractura metatarsiana. Pese a su talento, Jorge Vergara decidió no ejercer la compra por el jugador con Pachuca y, en su lugar, intercambio al jugador a Monterrey a cambio de Sergio “Cherooke Pérez”.

Con Rayados tuvo una buena etapa, en la que ganó la Liga de Campeones de la Concacaf en la temporada 12-13. Posteriormente jugó en Toluca, Leones Negros, Herediano de Costa Rica, Querétaro y Chapulineros de Oaxaca de la Liga Balompié Mexicano. Sin embargo, sus mejores años como profesional los vivió en Guadalajara, donde inclusive fue seleccionado nacional bajo las órdenes de Javier Aguirre y José Manuel ‘Chepo’ de la Torre. Jugó 7 partidos y marcó un gol.
Aunque estaba destinado a convertirse en histórico del Rebaño, Omar Arellano se quedó en la línea; las lesiones impidieron el despegue del jugador. Pero no cabe duda de que mientras vistió la playera rojiblanca, fue uno los jugadores más diferenciales del equipo.
